El amor no se cancela: Parejas que han aplazado su boda.
Como bien sabéis, la pandemia mundial ocasionada por el covid19 que nos viene acompañando desde inicios del año pasado, ha afectado gravemente el sector de las bodas.
Esto ha ocasionado que la mayoría de las bodas planeadas en 2020 quedaran en un espejismo.
Muchas bodas tocadas pero no hundidas.
La incertidumbre de todas esas parejas que vivían con ilusión la espera de su boda y empezaban a temer lo peor, no les hizo desistir.
Hemos querido crear una sección especial para dar voz a todas esas parejas que han tenido que aplazar su boda.
Saber como se han sentido y a la vez, poder ayudar a esas parejas que tienen que aplazarla por primera vez.
La futura novia Marta y su otra mitad Juan debían casarse el 17 de Octubre de 2020, pero se vieron obligados a posponer sus planes de boda debido a las restricciones de Covid19.
Hoy, Marta, nos comparte su experiencia y todo lo que aprendió al tener que reprogramar su boda.
¡Tenía claro que podían cancelarme la boda pero jamás cancelarían el amor!
«Lo único indispensable es lo que ya tenemos… Nosotros» Esta frase me la repetía Juan una vez tras otra cuando me veía preocupada por no tener la hierba pampa, el plan de mesa, mi decoración floral, mi mesa dulce o cualquier accesorio para la boda. Poco sabía yo que necesitaría esas palabras de consuelo mucho más a medida que se acercaba la fecha de la boda. Nos empezaron a entrar dudas y mucha incertidumbre, y finalmente, tuvimos que posponer la boda.
A medida que pasaban los días de Junio, Juan y yo tendríamos que estar en medio de la cuenta atrás, embriagados por la emoción y los nervios. En cambio, estábamos en casa con un sabor agridulce y rodeados de miedo e inseguridad.
Las primeras noticias
Cuando las noticias del Coronavirus comenzaron a llegar desde China en enero, lo miramos con empatía. Incluso comenté sobre las posibles novias y novios: ¿Qué harán esos novios de principio de año? Sin embargo, en un cerrar y abrir de ojos, éramos «esos novios» . A mediados de Abril, Juan y yo tuvimos que tomar la desgarradora decisión de posponer nuestra boda. En ese momento, lo sentimos como la decisión más importante de nuestras vidas.
Sabíamos que no podíamos casarnos sin todas esas personas importantes de nuestro día a día a nuestro lado. Poco sabíamos aun, que las cosas se descontrolarían completamente de y que la salud mundial sería una prioridad mucho mayor.
Somos personas prácticas, sensatas y positivas. No nos llevar por el drama o la histeria. Buscamos lo positivo y no nos obsesionamos en lo que podría o debería haber sido.
Un día de julio, abrimos una botella de vino (¡o tres!), nos sentamos e hicimos una lista de cosas por hacer. Creo que cuando las cosas se ponen difíciles, no se puede olvidar de hacer una lista para no perder el rumbo. Puedo escuchar a mis amigas aun reírse de esto. Soy profesora, lo llevo en mis genes.
Consejos a las parejas
Si tuviera que dar un consejo a las parejas que se encuentran en esta situación, sería hacer una lista de cosas esenciales: ¡les salvará de perder la cordura!
Teníamos ya el lugar, el fotógrafo, videógrafo, el vestido y el traje. Aquí fue cuando contactamos con Flaixmatón.
Era Junio y les envié una solicitud. Me llamó Aida a los pocos minutos. Recuerdo totalmente estar un buen rato hablando con ella explicándole todo lo que habíamos pasado y ella me explicaba anécdotas que había vivido con otras parejas. Recuerdo que colgué el teléfono muy motivada, teniendo aun más presente que éramos muchas las que estábamos pasando por esto y que valdría la pena.
Sin duda, decidimos contratar los servicios de alquiler de fotomatón con ellos. (Sería incapaz de contar la de veces que he hablado ya con Aida sobre estos temas, por ello no dude ni un segundo cuando me comentó que querían hacer una sección especial en su Blog de parejas que han tenido que aplazar su boda).
Los siguientes pasos
Con casi todo contratado, el siguiente paso fue consultar a nuestros familiares y amigos cercanos las posibles fechas que teníamos previstas. Habíamos reservado el 24 de Julio. Obtener el visto bueno de ellos fue muy importante.
No puedo enfatizar cuánto me impresionaron las respuestas de generosidad, apoyo y flexibilidad de nuestros proveedores. Todos y cada uno de ellos hicieron todo lo posible para ayudarnos a nosotros y a adaptar nuestra nueva fecha. Fue increíble.
Por supuesto, estábamos preocupados sobre la pérdida de reservas y el incumplimiento de contratos, pero puedo decir honestamente que ninguno de los proveedores nos puso ninguna pega en lo más mínimo: fue un placer haberlos elegido a todos ellos.
En dos días, habíamos reprogramado todas y cada uno de las elementos de nuestra boda.
Y aunque ya lo tenía todo reprogramado… Llegó el 17 de Octubre de 2020. Lloré sólidamente durante cuatro horas. Todas las emociones me sacudieron. Creo que también es importante que todas las parejas se permitan entristecer dada esa situación.
Más consejos
Entonces, mi segundo consejo es que las parejas se permitan sentir sus emociones. Soy plenamente consciente de que estaban sucediendo cosas mucho peores en el mundo en ese momento. Tener que posponer la boda tenía poca importancia dada la lucha que tenía el mundo contra este virus mortal. Pero el día de tu boda es una de las cosas más importantes de nuestra vida en ese momento, por lo que está bien permitirse sentir tristeza.
Habiendo dicho todo eso, no es el fin del mundo. Es posible que no tenga las flores que deseaba, es posible que deba modificar un poco la temática que tenía pensada para una boda de Octubre al tener que celebrarse en Julio…, pero, ¿y qué? Aún tendré la ceremonia, el vestido, las damas de honor, la decoración, el lugar… Y lo más importante, estaré casada, sólo que en una fecha diferente.
Ahora, mi último consejo.
En la fecha de mi boda original, cuando Juan me vio llorando esa mañana, cogió el coche y salió. Era la hora de comer. Apareció con una bandeja de sushi, una botella de vino blanco y esperad… había ido a comprar un tul blanco que se puso a la cabeza recreando un tul de novia. No sabéis lo que me llegué a reír.
Aquí viene mi consejo: Antes del día, preparad un planazo. Así, cuando llegué vuestra fecha original no estaréis dando vueltas una vez tras otra en lo que tenía que haber sido ese día.
Está bien estar un poco triste por lo que podría haber sido, ¡pero sólo piensa en la emoción de lo que está por venir!
¡Muchas gracias a Marta y Juan por compartir su historia!
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